miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Un buen futuro para el águila perdicera?

Pues según un modelo que han desarrollado investigadores de la Fundación Migres y la Universidad de Málaga, parece que todo índica a que así será y que esta mejoría vendrá propiciada por el cambio climático. Una especie puede tener cuatro tipos de respuesta ante un cambio en el clima de su medio:

- Pueden alterar las fechas y las rutas de sus migraciones. Como por ejemplo las cigüeñas (Ciconia ciconia) que en muchos casos ya ni emprenden el camino migratorio o muchas especies migratorias que en vez de atravesar el desierto del Sahara, toman una ruta alternativa siguiendo la costa atlántica africana hasta sus cuarteles invernales cercanos al Sahel.
- Pueden seleccionar zonas de invernada diferentes. Un ejemplo claro son las gaviotas sombrías (Larus fuscus) que cada vez invernan en mayor número en humedales del interior como por ejemplo los embalses madrileños.
- Pueden sufrir cambios en su abundancia local. Las tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) han desarrollado una explosión demográfica tremenda en los últimos años y en parte se piensa que es debido a la mayor bonanza climática, además de que es una especie que se adapta mejor en la relación antrópica que la tórtola europea (Streptopelia turtur).
- Pueden modificar sus áreas de distribución. Como parece que va a ser el caso del águila perdicera (Aquila fasciatus).

Adulto de águila azor perdicera, especie que se verá favorecida por el cambio climático.
Hay estudios que indican que las aves, paradójicamente por la gran capacidad de movilidad que les concede el vuelo, tardan más en reaccionar a cambios climáticos que por ejemplo insectos como las mariposas, las cuales desplazan sus poblaciones más rápidamente buscando su óptimo climático. Esto quiere decir que si, debido al cambio climático, las condiciones de temperatura adecuadas para una especie de mariposa se desplazan hacia el norte, las poblaciones de esa mariposa se desplazarán hacia el norte para buscar ese rango óptimo y el tiempo que les lleva alcanzarlo es menor que en el caso de las aves. La razón de este retraso en las aves puede ser debido a su querencia por los lugares donde anidan. En el caso de las rapaces, es un hecho que muchas de ellas construyen sus nidos en la misma zona donde nacieron, por tanto, ese desplazamiento de las poblaciones se hace más lento, pero se acaba produciendo.

Por eso cada vez nos visitan más especies africanas, como por ejemplo el ratonero moro (Buteo rufinus) que incluso ha criado en la península ibérica ya o el águila volatinera (Terathopius ecaudatus) que fue avistada por primera vez en España el 5 de Abril de 2012. Esta última cita se puede rememorar aquí. Y según este modelo parece que el águila perdicera sufrirá un proceso similar.

El modelo predice que el clima en España se hará más cálido y menos húmedo, es decir, aumentarán las temperaturas y disminuirán las precipitaciones, lo cual favorecerá que el águila perdicera se expanda hacia el norte de la península porque habrá muchos más territorios con condiciones idóneas para albergar poblaciones de esta rapaz. De confirmarse, es una buena previsión para una rapaz que cuenta con sus poblaciones más abundantes en este mismo país, ya que España contiene al 80% de la población europea con unas 750 parejas.

Modelo climático que indica los territorios de condiciones adecuadas para el águila perdicera.
Si se concreta esta expansión del águila perdicera por el territorio nacional habría que replantearse las estrategias de conservación de la especie debido a que los nuevos territorios quedarían, en gran parte, fuera de las zonas actualmente protegidas y donde habita este ave. La ventaja es que con el modelo se podrán ir analizando las nuevas zonas que merezcan la pena ser protegidas, es decir, puede ser una útil herramienta para la conservación.

Pero, ¿en realidad es una buena noticia? Pues a priori parece que el águila perdicera va a verse beneficiada por el cambio climático, pero el modelo no augura un buen futuro a otras especies, como por ejemplo el urogallo cantábrico. También habrá que ser tenido en cuenta para su conservación.


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